Los efectos de la radiactividad en los seres vivos son dañinos para su
integridad física. Pueden ser inmediatos o tardíos, según la dosis.
Cuando el organismo humano recibe de golpe altas dosis de radiación,
puede sobrevenir la muerte. Cantidades altas recibidas en fracciones
pequeñas y espaciadas producen efectos tardíos, como la leucemia,
cánceres, cataratas y otros procesos degenerativos. Dosis bajas y
espaciadas en el tiempo pueden producir efectos tardíos o anormalidades
en las próximas generaciones.
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